domingo, 5 de abril de 2020

La importancia de los Con-Quienes.


La importancia de los con quienes


Hacer empresa no es cosa fácil. No siempre se nos prepara para ser empresarios, y algunas veces podemos tener una idea equivocada del Quehacer empresarial.  

Cierto es que el oficio empresarial está en constante reestructura, sin embargo, hay variables que son constantes en él.

En esta ocasión mencionaremos solo tres de ellas, centrándonos de manera particular en una de ellas, la de los Con-quienes.

Tres son las tareas de empresario:


La tarea más importante de todas es el Qué. Si este está equivocado, el resto también lo estará. Definir qué es lo que se “quiere, puede y se debe” es solo responsabilidad del empresario.


El Qué y el Cómo son las dos variables en lo que más aciertan los empresarios, no obstante, donde más se equivocan es en la definición y la elección de los Con-Quien.

Así pues, el Qué define el Cómo, y en función del Cómo se reclutan, contratan y forman a los Quienes que se requiere para hacer lo que el Cómo requiere.


Cada puesto, responsabilidad y función dentro de una empresa  demanda una caracterología antropológica específica. 


Una cosa es crear negocios, otra dirigir negocios y otra operar negocios.
Lo que en realidad se debe hacer es definir las características antropológicas que demandan cada uno de los puestos del negocio.


Definir el Qué,
El Cómo y
Los con Quién del negocio.

Las filias y fobias están al orden del día, no obstante, al empresario le es de suma importancia hacer a un lado ambas y decidir desde la realidad el Qué de su negocio, una vez definido el Qué del negocio, nos vemos en la necesidad de definir el Cómo del negocio.  
El Cómo no es otra cosa más que la estrategia, y esta, para ser efectiva, debe estar subordinada al Qué. El Cómo siempre obedece al Qué.

No existen los COMO universales. Es por ello, que en el ámbito empresarial se dice, y con mucho tino, que el secreto de los negocios es que no hay secreto. Cada caso es único y se debe resolver como tal. 

Lo que normalmente hacen los empresarios y la gente especializada en el área, es buscar gente que tenga experiencia y la instrucción técnico-académica requerida para el puesto.

Podemos contratar a un candidato que tenga la carrera, maestría y doctorado necesarios para el puesto, amén de cinco o más años en puestos similares, pero si este no posee las características antropológicas que demanda el puesto, poco es lo que va a lograr, “el resultado será que terminan contratando un Operador de negocios. Alguien con el conocimiento y la experiencia necesaria para hacer lo que cualquier otro puede hacer.”

Por ejemplo, si la etapa en la que está la empresa y las funciones a realizar demandan que el ocupante del puesto sea una persona con las siguientes características:

60%         capacidad de riesgo;
40%         estabilidad;
30%         creatividad;
70%         fuerza y determinación;
35%         método y estructura;
70%         liderazgo racional;
80%         capacidad de seguimiento;
70%         capacidad de control;
65%         sentido de realidad y
85%         de sentido de negocio,

de muy poco nos va a servir que tenga la instrucción académica y experiencia, si no posee las características antropológicas para hacer lo que tiene que hacer en la forma en que lo tiene que hacer. 

En las empresas podrá estar perfectamente definido el Qué, y los mejores consultores del mundo le podrán demostrar y validar que efectivamente el Qué su negocio es inmejorable...

Podrá diseñar el mejor Cómo del mercado. Un Cómo que lo posicione por arriba de sus competidores...

Pero si no tiene definidas las características antropológicas de los Con-quienes que requiere para hacer lo que se requiere, entonces usted estará condenado a operar, dirigir y crear al mismo tiempo, ya que sus Con-quienes no pueden hacer lo que deben hacer, en la forma en que lo deben hacer, no porque no quieran, sino porque no pueden.

Recuerde: “Nadie puede ser lo que no es.”


Lic.Jaime Ramos
Consultor.


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