La importancia de los con quienes
Hacer empresa no es cosa fácil. No siempre se nos prepara para ser empresarios, y algunas veces podemos tener una idea equivocada del Quehacer empresarial.
Cierto es que el oficio empresarial
está en constante reestructura, sin embargo, hay variables que son constantes
en él.

Tres son las tareas de empresario:
La tarea más importante de todas es el Qué. Si este está equivocado, el resto también lo estará. Definir qué es lo que se “quiere, puede y se debe” es solo responsabilidad del empresario.
El Qué y el Cómo son las dos variables en lo que más aciertan los empresarios, no obstante, donde más se equivocan es en la definición y la elección de los Con-Quien.
Así pues, el Qué define el Cómo, y en función del Cómo se reclutan, contratan y forman a los Quienes que se requiere para hacer lo que el Cómo requiere.
Cada puesto, responsabilidad y función dentro de una empresa demanda una caracterología antropológica específica.
Una cosa es crear negocios, otra dirigir negocios y otra operar negocios.
Lo que en realidad se debe hacer es definir las características antropológicas que demandan cada uno de los puestos del negocio.
Definir el Qué,
El Cómo y
Los con Quién del
negocio.
Las filias y fobias están al orden
del día, no obstante, al empresario le es de suma importancia hacer a un lado
ambas y decidir desde la realidad el Qué de su negocio, una vez definido
el Qué del negocio, nos vemos en la necesidad de definir el Cómo del
negocio.
El Cómo no es otra cosa más
que la estrategia, y esta, para ser efectiva, debe estar subordinada al Qué. El
Cómo siempre obedece al Qué.
No existen los COMO universales.
Es por ello, que en el ámbito empresarial se dice, y con mucho tino, que el
secreto de los negocios es que no hay secreto. Cada caso es único y se debe
resolver como tal.
Lo que normalmente hacen los
empresarios y la gente especializada en el área, es buscar gente que tenga
experiencia y la instrucción técnico-académica requerida para el puesto.
Podemos contratar a un candidato que
tenga la carrera, maestría y doctorado necesarios para el puesto, amén de
cinco o más años en puestos similares, pero si este no posee las
características antropológicas que demanda el puesto, poco es lo que va a lograr,
“el resultado será que terminan contratando un Operador de negocios. Alguien
con el conocimiento y la experiencia necesaria para hacer lo que cualquier otro
puede hacer.”
Por ejemplo, si la etapa en la que
está la empresa y las funciones a realizar demandan que el ocupante del puesto
sea una persona con las siguientes características:
60% capacidad de riesgo;
40% estabilidad;
30% creatividad;
70% fuerza y determinación;
35% método y estructura;
70% liderazgo racional;
80% capacidad de seguimiento;
70% capacidad de control;
65% sentido de realidad y
85% de sentido de negocio,
de muy poco nos va a servir que tenga
la instrucción académica y experiencia, si no posee las características
antropológicas para hacer lo que tiene que hacer en la forma en que lo tiene
que hacer.
En las empresas podrá estar
perfectamente definido el Qué, y los mejores consultores del mundo le podrán
demostrar y validar que efectivamente el Qué su negocio es inmejorable...
Podrá diseñar el mejor Cómo del
mercado. Un Cómo que lo posicione por arriba de sus competidores...
Pero si no tiene definidas las
características antropológicas de los Con-quienes que requiere para hacer lo
que se requiere, entonces usted estará condenado a operar, dirigir y crear
al mismo tiempo, ya que sus Con-quienes no pueden hacer lo que deben hacer, en
la forma en que lo deben hacer, no porque no quieran, sino porque no
pueden.
Recuerde: “Nadie puede ser lo
que no es.”
Lic.Jaime Ramos
Consultor.
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